Cuando hablamos de pisada solemos quedarnos con el concepto de pronador o supinador pero no nos adentramos en las causas de esta forma de pisar. En este artículo explicaremos algunas de las causas posibles y las cadenas musculares que pueden afectar al tipo de pisada y como a través de la Osteopatía podemos mejorarla.
El estribo del pie está formado por dos músculos: el tibial anterior y el peroneo largo. El tibial nace en la parte alta de la tibia y membrana interosea, el peroneo largo cerca de la cabeza del peroné. Los dos se insertan en la cara anterolateral interno del pie uno junto al otro pero el peronéo pasa por debajo del pie tras pasar por detrás del maleolo externo y el tibial pasa por encima del empeine. Las funciones de dichos músculos son opuestas ya que el tibial anterior hace la supinación y el peroneo lateral largo hace la pronación.
Tibial Anterior
Peroneo Largo
El problema entre estos dos músculos aparece cuando uno tiene más fuerza que otro y se descompensa la mecánica del pie. Pongamos un ejemplo: si en la pierna de un atleta existe un tibial anterior más fuerte que el peroneo, el pie va a tender a supinar ya que el tibial es más fuerte.
Fortalecer Peroneo
Tibial anterior
Estas descompensaciones pueden deberse a un traumatismo, una descompensación superior, un calzado inadecuado… El osteópata valorará la fuerza y mecánica del pie para poder ajustar las estructuras que estuviesen en disfunción.
Se empezará valorando la fuerza y movilidad y comparando con el otro pie. El movimiento fascial de los laterales de la pierna. A lo largo de los peroneos buscaremos algún punto doloroso para inhibirlo. los compartimentos de esta deben estar lo más espaciosos posible para que todo el tejido conjuntivo trabaje bien. Atención especial para la zona de la sindesmosis entre tibia y peroné por ser zona de carga entre los dos huesos antes de llegar a la articulación tibio-perone-astragalina. La fascia plantar se valorará tanto la densidad como el dolor.
Todo esto sin perder la visión global de toda la cadena hasta la cabeza que desde la pierna continua hacia arriba por el tensor de la fascia lata, biceps femoral largo, oblicuo menor y mayor opuesto del abdomen, serrato mayor, romboides y esplenios del lado contrario. Pero esta cadena será tema de los siguientes artículos.
La valoración articular de la rotación de la tibia y el movimiento del peroné será una de las pruebas en las que nos centraremos para descender por la articulación del astrágalo con la tibia y el peroné y después con la subastragalina. Cuboides, escafoides, cuñas y metatarsos para terminar las articulaciones del pie. Todas estas estructuras pueden hacer que el corredor modifique la pisada. Normalmente se estudia y profundiza en formas del pie, zapatillas específicas para cada forma de pisar y hasta plantillas de apoyo. Hay que entender que el apoyo del pie es la resultante de todas las caídas de peso que soportan y absorben y que todo lo que está por encima modificará esa pisada. Solo cuando equilibremos la fuerza muscular y movilice bien el pie, se podrá saber si es o no necesario la ayuda externa para mejorar el rendimiento.
Siempre hay que recordar la importancia del trabajo de propiocepción del corredor después de cualquier problema en tobillo y rodilla. En los siguientes artículos hablaremos de la cadena antes descrita para describir la importancia del braceo en la carrera y en la pisada.